martes, 13 de abril de 2010

13/4/2010

Víctor Balcells Matas ASESINATO

Leo en el periódico noticias sobre el asesinato que he cometido, y se equivocan. No cuchillo, sino bombona de butano en la cabeza y luego el propio gas en la boca; hinchamiento y explosión en pedacitos. No varón alto y estilizado, sino gordo torpe. Entre las pistas, una orquilla que me perteneció, dicen, pero no me perteneció, era de mi madre, que también suele usar mi chaqueta porque no tenemos otra. Por lo tanto, es posible que sea una mujer, dicen los periódicos, a tenor de un rastro de carmín en la pared. Pero ese rastro no es mío, yo detesto a las mujeres. Y a los hombres. No a mi perro: se encontraron restos de pelo animal por la moqueta. El investigador apunta: el comisario opina que quizá un mono cometió el asesinato. Varón, mujer o mono. Qué más. Testigos oculares vieron una sombra moviéndose por los rellanos. En la portería había un cartel explicativo: Defunción del portero por infarto. Especialistas dicen que fue un fantasma venido del pasado. Uh. Los planetas seguirán girando alrededor del sol igual que los policías alrededor de los asesinos. Porque no tienen nada mejor que hacer y porque otra cosa no tendría sentido. Puedo irme a dormir tranquilo.