jueves, 14 de enero de 2010

15/01/2010

Víctor Balcells MatasROCK AND ROLL


Estaba con un amigo. Le comenté ciertas dificultades. A mí, que tanto me gustan las palabras, le dije, ¿por qué me cuesta tanto hablar? Él cerró el puño y tosió, se atragantó felizmente en un banco de la Plaza Real de Barcelona. No seas estúpido, me dijo. Comprueba en cualquier espejo, en cualquier lago -sin caerte en él- tu boca. Verás que no es una boca hecha para hablar, eso es evidente. Se trata de una boca hecha para besar. Mira esto. Mi amigo se levantó y llamó a una turista haciendo una mueca horrorosa. What happened to the rock and roll?, pareció decir ella con su ropa de popera farsante. Lo que ocurre, ser de lengua bífida, reina de la discoteca, es que mis ojos fueron hechos sólo para verte, esta es mi desdicha, y mi boca fue hecha solo para besarte. Lo que ocurre es que una vez, buscando algo de vida encontré en una lápida una triste inscripción: “Despertad y escapad de esa soledad taciturna que os devora”. Y es curioso, pero tiene sentido. Esa inscripción se parece al primer verso de un poema que nunca terminé: “Disfruto tanto con tu belleza que me parece imposible”.

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