sábado, 20 de febrero de 2010

21/02/2010

Víctor Balcells Matas PUENTES

Si uno empieza a caminar por un extremo de un puente y otro empieza a caminar por el otro extremo de un puente, el encuentro se producirá en la mitad. Si no se produce, es porque caminaban por puentes distintos. Pienso mucho cuando estoy en ellos, en los puentes. Hace tiempo que he dejado de pensar en Heráclito si miro al río, si hay río. A mí todo me parece lo mismo. En el cambio no cambia nada. Un anciano vino hoy y me tocó la espalda. Dame limosna, dijo. Yo contesté que no. Él, alejándose, masculló: estás muerto. Es cierto. Sólo utilizar los puentes para cruzarlos o suicidarse. Pocas veces detenimiento en el medio, citas, conversaciones intrascendentes. Una vez, con un amigo, mirábamos el agua del río. Eres débil, me dijo, poco después de divisar al pez. Es cierto. No se miente en los puentes porque ellos no nos mienten. Y hay que elegir uno de los dos lados, preferirlo. Llamé para pedir un taxi. Estoy en el puente Romano, le dije a la operadora. En qué lado, preguntó ella. Al principio, dije. Pero al principio de qué lado, contestó. Supongo que eso es importante: saber el principio de quél ado hace que el final del otro lado pueda ser comprensible.

1 comentario:

  1. Sin duda, los días están bien puestos aquí. El calendario es correcto. Esto lo escribiste hace casi un año. ¡Cuántas cosas han pasado en un año!, verdad. Te recuerdo, espia, con números y letras que no te pertenecían, hundido. Sentado en el sofá. Pensado en qué Madrid estaba cerca, y que podrías ir. Pero que, tal vez, lo que está en Madrid está, en realidad, demasiado lejos. Y dudabas entre un "es posible" y un "es cierto". Y al final, decidiste: "es cierto: soy débil". Es así. Pero, mira tú por dónde, un año después, con o sin debilidad, la vida, cargada de una colosal inmensidad, nos guia adelante.

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